martes, 23 de octubre de 2012

 

LA CONSTRUCCIÓN DE LA DIGNIDAD PERSONAL



DIGNIDAD:

La dignidad nace del reconocimiento de todas las personas como semejantes; la dignidad implica la capacidad de decidir libremente, la autonomia, el respeto; el respeto a los valores y las creencias que guian las decisiones de la otra persona, el comportamiento que traduzca una idea de las personas.


Respeto y estima que una persona tiene de sí misma y merece que se lo tengan las demás personas; cualidad de la persona respetuosa y seria que no permite la humillación; cualidad de lo que debe ser respetado. Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse, etc, etc. Son algunas de las definiciones de lo que a priori puede parecer una  simple palabra como todas las demás, de hecho, lo es para algunos que lo utilizan como farol  o para hacer creibles ideas que en realidad no lo son. A menudo se utiliza esta palabra para justificar siendo que lo digno no se justifica; se vive, está a la vista de todos, da garantia, es respetuoso, no se camufla, etc. A lo largo de la historia humana, esta palabra o modo de vida, ha sido el detonante de grandes avances en lo que a la convivencia fraternal se refiere, quizas el avance más significativo lo encontremos en la  Declaración Universal de los Derechos Humanos que, desde el princimpio hasta el final, utiliza,  dota a la humanida un elemento para desarrollar una convivencia en dignidad, pacifica; donde todos y cada uno debe ser respetado sin tener encuenta su origen, raza, etnia, credo, ideologia, etc, etc...
La Declaración Universal de los DERECHOS Humanos de 1948, invoca en su Preámbulo la «dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana», para luego afirmar que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos» (artículo 1°). Queremos empesar estas lineas recordando el tiempo y la situan en la que se encontraba la humanidad en el momento de radactar esta carta magna universal (La Declaración Universal de los Derechos Humanos).  Fue el 10 de diciembre de 1948, en la Asamblea de las Naciones Unidas en su seción 217 A (III) reunida en Paris (Republica francesa).
Reza el preámbulo:
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

La primera actitud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano es la de respeto y rechazo de toda manipulación:  frente a él no podemos comportarnos como nos conducimos ante  un objeto, como si se tratara de una "cosa", como un medio para lograr nuestros fines personalistas, o para satisfacer nuestras aspiraciones de "cargofalla".


Desde la perspectiva ética, un objeto tiene mayor valor en la medida en que sirve mejor para la supervivencia y mejora del ser humano, ayudándole a conseguir la armonía y la independencia que necesita y a las que aspira.


Es por tanto esencial que los valores que se elijan y que se persigan en la propia vida se correspondan con la realidad del hombre, es decir, sean verdaderos. Porque sólo los valores verdaderos pueden conducir a las personas a un desarrollo pleno de sus capacidades naturales. Puede afirmarse que, en el terreno moral, un valor será verdadero en función de su capacidad para hacer más humano al hombre. Una persona que respeta escrupulosamente los valores y la dignidad, -la suya y la de los demás- puede llegar a ser lo que los que utilizan estas palabras (los falsos defensores de los derechos humano) como paraguas mientras practican actitudes poco ortodoxas a oscuras, decimos aquí como a Machado que la mejor forma de afrontar las cosas; las dificultades y las demandas sociales, la unica forma real es ensimismandose; las imitaciones suelen durar muy poco tiempo y siempre acaban sacando el verdo yo que todos llevamos dentro.

Una persona que respeta la dignidad es aquella que respeta y acepta algunos princimpios ; el sentido ético o moral; llamamos principio a aquel juicio práctico que deriva inmediatamente de la aceptación de unos valores;  y el valor de toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana.

Hemos mirado a todos los lados  intendado imitar a muchos a la vez y eso nos ha cegado; hemos echo la vista gorda al verdadero problema que acucia a todos y  más a los más débiles de nuestra sociedad, la dignidad: esta que no deben perder  todas las capas sociales, desde el más humilde hasta los detentores del poder. En cambio vemos muy a menudo cómo los más débiles se enrocan en disputas y entre ellos mismos se pisan las cabezas(porque el tio de uno es alcalde, y el otro solo tiene "delante"-en el poder- un alguacil), y paralelamente los que deberian servir como ejemplo para muchos les vemos comportar de una forma poco digno; la dignidad es lo primero que se perdio y mientras que no se retome este camino (elde la dignidad), ni el sueño de la AUTODETERMINACIÓN (para unos) y la DEMOCRATIZACIÓN (para otros) seran reales, siempre estaremos enfrascados en estas disputas que con el paso del tiempo ya se van convertiendose en disputas personales.

El Derecho a la Autodeterminación:
El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación es el derecho de un PUEBLO a decidir sus propias formas de GOBIERNO, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad  y en dignidad. Muchos somos  partidarios que estos derechos deber ser  respetados escrupulosamente; pero seria una lastima que alguien exija estos derechos para volver a someter a los demás y es aún peor cuando vemos que la gente que exigen no respetan, entonces eso nos hace sospechar que llegados al poder no vamos a epercatar muchos cambios a la situación actual. Si lo que tenemos ahora es un regimen que pisotea a todos; la palabra dignidad no entra en su vocabulario; que se creen dueños de lo que es de todos; que han creado un clima de miedo en la sociedad, que el nepotismo y el despotismo son los sistemas que más les gusta... seria una lastima cambiarlos para volver a vivir las mismas practicas, pero no se puede ser muy opstimista cuando uno que exige estos derechos sea el que empieza o pretende pisotear a los de su entorno (los que cree que son debiles) no vaya hacer que en la oposición se crea que se tiene la   exclusividad ante las exigencias sociales, es decir, que solo debe exigir sin cumplir. El que exige debe ser el primero en cumplir, el que hace gala de las palabras como DIGNIDAD  deberia ser el primero en tener un comportamiento ejemplar en la sociedad.

También numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU  hacen referencia a este principio y lo desarrollan: por ejemplo, las resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) ó 2625 (XXV), relativas al derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales ( NO ES EL CASO QUE NOS OCUPA, EL CASO DE GUINEA ECUATORIAL ES MÁS BIEN UN ECHO QUE PONE DE RELLEVE LO MAL QUE GESTIONAN LOS REGÍMENES DICTATORIALES EL BUEN COMÚN PARA CONVERTIRLO EN ALGO FAMILIAR; LO QUE NUNCA DEBIO CAUSAR MALESTAR HA LLEGADO A UN NIVEL QUE,  UN PAISANO TE ODIA SIN CAUSA NI MOTIVO SIMPLEMENTE POR PERTENECER A UNA DETERMINADA ETNIA). Esto se puede gestionar mejor solo en un sistema con todas las garantias de la ley; por eso, la ley debe ser igual para todos, lo que tardamos en aprender a respetar la ley, sera lo mismo que tarderemos en aprender a respetar la convivencia en armonia y en DIGNIDAD.


La Democratzación, un Derecho:

La democratización es un proceso de desarrollo de las instituciones sociales liberales que conducen al fortalecimiento de la sociedad civil, resguardo de los derechos humanos básicos y la disminución de las desigualdades socio-económicas. Si democratizar es; aperturar, Proceso de conversión a la democracia, como doctrina o sistema y estamos en ello, lo más normal es que empecemos a respetar las normas del juego(las leyes), estas normas que nosotros mismos estamos exigiendo, no vaya hacer que exigimos cosas que no podemos ni tenemos la menor intención de cumplir.



La dignidad es una cualidad inherente a la persona, por tanto, es universal:

La dignidad se deriva del principio de igualdad entre las personas. Todos los seres humanos son iguales como tales, y por tanto iguales en su dignidad..... Pero esta dignidad no debemos verla como un atributo teórico, nominal, sino que tenemos que entender que se materializa en el respeto a lo que la persona es, es decir, a sus valores y sus principios. Por tanto, la igualdad entre las personas debe traducirse, plasmarse en la igualdad en el respeto de los valores morales, sociales, familiares.......de todos y cada uno. Entendiendo que los valores son diversos, y que no son unos mejores que otros.

Del reconocimiento de la igualdad de las personas debemos deducir la dignidad como un universal que se refleje en el MISMO RESPETO POR LOS VALORES DE TODAS LAS PERSONAS, y a partir del mismo se les reconozca su capacidad de decidir con autonomía, con libertad.

La dignidad no debe quedarse, pues, en un mero discurso. Se atenta contra la dignidad de los demás cuando no se respetan los valores, los derechos y los principios de las personas. Con frecuencia entendemos los valores propios como "los verdaderos" y a partir de ahi los de "los otros" como "incorrectos", o "falsos".... cuestionables, privando a la persona de la dignidad que merece.



















jueves, 4 de octubre de 2012




Manuel Mba Nnang Mikue, militante de CPDS.


.CARTA ABIERTA A DOÑA GUILLERMINA-MEKUY MBA OBONO




Cordiales saludos, muy distinguida Guillermina-Mekuy Mba Obono.



Primero, quiero que sepa que me complace dirigirme a Vd., no como persona jurídica que es, sino física, al igual que haría con cualquier ciudadano guineoecuatoriano de a pie, porque no me gustaría tratar este caso con usted como autoridad jurídica, porque no merece la pena, por tanto,...

en ningún momento considérese Ministra mientras lee esta carta, no quiero dirigirme a ninguna ministra, sino a Guillermina-Mekuy.

Tomo la molestia para hacerle llegar que su actitud hacia los ex empleados (y le escribe uno de los afectados directos), del Centro Cultural Guineano, hoy redenominado por usted, Centro cultural Ecuatoguineano, no es de persona cívica. Para su constancia, esta mañana, hemos tenido una cita con el Presidente de Tribunal Constitucional, quien habíamos recurrido en busca de mediación por la vergüenza que nos tiene usted sometido. Del referido encuentro, todos, amén de la decepción, nos hemos quedado absolutamente atónitos de sus falaces.

De usted, hemos esperado de todo malo, pero, lo de esta mañana, sí, le voy a ser muy franco, no en absoluto, no habíamos soñado con ello; no habíamos imaginado este grado de malignidad de su persona. Su montaje ha sido extremadamente extraordinario. ¿Cómo se le ocurrió utilizar el nombre del Presidente de la República para hacer tanto mal a treinta familias guineanas? ¿Puede usted demostrar con documentos que el colectivo afectado ha remitido al Presidente de la República, un escrito, donde solicita de su intervención en el triste caso montado por usted? ¿No se da cuenta que existen mentiras que nunca pueden encajar en ninguna casilla? Ha dicho usted que el Presidente de la República le llamó para exigirle informaciones sobre nuestro caso, porque remitimos documentos al presidente de Guinea Ecuatorial y tras aclararle el caso al Presidente, él le ordenó que no nos pagara los meses que usted misma reconoce debernos, porque no hemos sido reclutados debidamente, ¡qué patraña gorda! Para su información y de los que puedan leer esta carta, no hemos enviado ninguna carta al Presidente de la República. Reconocemos que remitimos documentos al entonces Primer Ministro y a otra personalidad, el año pasado, y en nuestro último encuentro con usted en su despacho, textualmente nos ha dicho: “Qué os habéis creído, el primer Ministro me enseñó vuestros documentos…” “¿qué os habéis pensado, que me cesarían de Secretaria de Estado? Para vuestra información, hoy estoy más fuerte que nunca…”. Me gustaría saber de su persona, cómo se recluta formalmente a los empleados en nuestro país. Si no mal recuerdo, y jactarme puedo que estoy cuerdo, ninguno de los que prestaban servicios en el Centro Cultural Guineano, ha sido admitido por su esbeltez ni por relación filial, sino que usted misma envió el anuncio a la Radio y Televisión nacionales comunicando el reclutamiento del personal. De entre las cosas que ha exigido usted figuraban: currículum vitae, Formación Académica, Instancia de solicitud a la Secretaria de Estado de Bibliotecas, encargada de Cultura (cargo que entonces asumía usted), fotocopia de DIP o Pasaporte; y más tarde, después de que hayamos enviado los documentos exigidos, por teléfono, y bajo sus estrictas órdenes, su secretaría, de la que prefiero respetar el nombre, ha ido llamando a los solicitantes. No me dirá usted que no estaba al corriente. Y la entrevista a los solicitantes lo hizo el hombre de su absoluta confianza, quien también guardamos muchísimo respeto, porque lo merece mil veces; una vez reclutado a los que ha creído que le pueden ser útiles, le llevó la propuesta y usted aprobó si tapujo alguno. Trabajamos con pujanza, celo y paciencia, creyendo entregar todo por nuestra patria, sin embargo, como áspid, tenía todo bien marcado, y nos quitó los derechos y los ha pisoteado como sólo usted sabe hacer. Sólo por el mero hecho de que nosotros, no nos hemos dejado llevar por su prepotencia y vejaciones, decidió expulsarnos, reconociendo triste tres meses de esfuerzo, prometiendo pagarnos los tres meses desde hace más de un año y hasta esta parte no lo ha hecho, porque según usted, “el Presidente ha considerado que el colectivo no merece cobrar nada, por tanto que el caso quede cerrado, porque así ha convenido el Presidente de la República”. Guillermina, ¿sabe usted que utilizar el nombre del Presidente de la Republica, en sus actos fehacientes podría tipificarse como un delito? Creo que lo conoce mejor que el escribidor de esta carta.

Este último montaje que acaba de hacer sobre el tema, es pelotear con el nombre del Presidente de la República, si es que no lo sabe.

Para no pagarnos, nos ha tildado de ladrones, ordenaste nuestra detención, tras las investigaciones policiales, se probó que todo era un complot, sólo porque no quiere pagar al colectivo los haberes retenidos. Ha utilizado todo tipo de amenaza y al no conseguir intimidar al colectivo, ahora, recure al nombre del Presidente de la República, para decir que él ha dicho que no nos pague, sólo porque no quiere usted soltar los haberes que tiene secuestrados para su beneficio personal ¿sebe algo? Esto se llama corrupción.

¿Sabe lo que significa que una madre o un padre abandone su hogar cada mañana para ir al trabajo durante tanto tiempo, y que maliciosamente una persona le esté amargando la vida, haciéndose con su sudor? Puedo permitirme el lujo de creer que tiene usted alma, si no me demuestra lo contrario; pero ¿ha tomado tiempo alguna vez para pensar en el hijo de una moza o un sereno al que está amargando la vida, dejándole experimentar el hambre o que su madre o padre tenga que ir a pedir a no se sabe quién dinero para poder matricularle y comprarle los materiales escolares? Seguro que no, porque no es madre, o quizá no ha criado en la pobreza, supongo yo.

No quiero desplumarle sobre el caso, porque sería un jarro de agua fría para usted; procuramos ser muy diplomáticos con usted, y si le molesta la diplomacia, pues díganos, entonces buscaremos otra salida adecuada. Es fácil lo que queremos: páguenos nuestros haberes que tiene retenido desde hace más de un año y gozará de los sueños sin la pesadilla nuestra.

Atentamente.



Malabo a 25 de septiembre de 2012

lunes, 1 de octubre de 2012




UN PUEBLO DORMIDO NUNCA SERÁ LIBRE

"44 años después de nuestra independencia, seguimos siendo un pueblo dormido como hace siglos, hecho al que han contribuido, concienzudamente, las dos dictaduras."

Ahora que todos parecen animados a señalar con el dedo a CPDS sobre lo mal que hace las cosas, sin hacer propuesta alguna pese a las insistencias de este partido en pedir sugerencias e ideas, conviene que abramos una serie de debates sobre la política guineana, no ese debate de insultos y descalificaciones que no beneficia más que a la dictadura.

Quiero empezar con el papel del pueblo, de los ciudadanos. Uno de los factores que impiden la consolidación de un marco amplio de fuerzas en la lucha por la democracia en Guinea Ecuatorial es, precisamente, la ausencia del Pueblo. Pueblo con mayúsculas como el conjunto de la ciudadanía, concienciada, que se implique directamente en la reivindicación activa de sus derechos y libertades. Este pueblo no existe en Guinea. Está dormido y sin su implicación en la lucha democrática, difícilmente vamos a salir de la situación en que estamos. ¿Qué pasa en Guinea Ecuatorial?

Lo que pasa hoy en nuestro país es la herencia que nos dejaron los españoles. Suena a tópico, pero es mi opinión. En una ocasión ya hablé de esta cuestión, y no viene de más redundar un poco en ella. Nuestro país fue colonizado por España, un país que sufrió varios periodos de turbulencias y cambios políticos desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, pero sin llegar a conocer lo que es una estabilidad democrática como la que se vivía en los países de su entorno geográfico. La caída de la Monarquía y el establecimiento de la II República, en 1931, dio lugar a un brevísimo periodo de libertades que tuvo la mala suerte de coincidir con el auge del fascismo en Europa. El gobierno democrático establecido por el Frente Popular en febrero de 1931, fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el general Franco. El golpe dio lugar al establecimiento de una dictadura militar tras una guerra civil de casi cuatro años. Guinea Ecuatorial accedió a la independencia en 1968, siete años antes de la muerte de Franco.

Con eso quiero hacer ver que nuestro país fue colonizado por un Estado gobernado por dictaduras, y cuando se asomó la democracia al final de la II República (de febrero a julio de 1936), volvió la dictadura con los militares. Mientras tanto, los demás países africanos eran colonizados por Francia, Reino Unido o Bélgica. Esas potencias colonizadoras trataron de reproducir en sus colonias africanas algunas de las instituciones democráticas de la metrópoli, como los partidos políticos (por ejemplo, el Partido Socialista Francés apoyó la creación del Partido Socialista de Senegal), los sindicatos, cooperativas y asociaciones profesionales y estudiantiles. Por ejemplo, el primer sindicato de Nigeria, de los funcionarios públicos, fue fundado en el año 1912; en Camerún se fundó la USCC en 1944, el mismo año de la creación del primer sindicato gabonés. Es decir, hace un siglo que los ciudadanos nigerianos saben lo que es reivindicar y defender sus derechos laborales, y los camerunés y gabonés, casi 70 años. Y aquellos colonizadores europeos no se limitaron a inculcar el espíritu asociativo que acabaría dando lugar a una sociedad civil digna de tal nombre, sino que crearon universidades, verdadera cuna de la intelectualidad de muchos de esos países. De hecho, los primeros luchadores por las independencias africanas, Senghor y Cheikh Anta Diop (Senegal), Modibo Keita (Malí) o Jomo Keniata (Kenia), así como el resto de panafricanistas, salían de las universidades metropolitanas, y contribuían al desarrollo de la enseñanza universitaria de sus respectivos países. Es más, cuando llegaron a sus países e iniciaron la lucha de liberación, tenían diseñado un proyecto de Estado con las correspondientes instituciones políticas y económicas. Por otra parte, muchos de esos países consiguieron su liberación tras feroces enfrentamientos armados con las fuerzas de ocupación colonial.

Cuando alcanzan la soberanía nacional, es decir, el momento de gobernarse a sí mismos como Estados independientes, son conscientes de lo que han conseguido, lo que les ha costado y qué hacer a partir de entonces. Lo que es más importante aún, ya tienen poblaciones que se han implicado activamente en los procesos, y han conocido y participado en todo tipo de asociaciones, adquiriendo, de esta manera, conciencia de lucha por, y en defensa de, sus derechos. Ya tienen una sociedad civil.

Mientras tanto, en Guinea Ecuatorial, al ser colonizado por un país sin tradición democrática (en España solo existía el sindicalismo vertical, mientras los sindicatos reales y partidos políticos estaban proscritos), no se sabe lo que es un sindicato ni una asociación profesional. El único colegio profesional creado por los españoles, fue el de Abogados, que sobrevive hasta nuestros días, sometido a la voluntad y órdenes del Gobierno de turno. Aquel Colegio de Abogados también fue creado por los propios letrados españoles, que necesitaban asociarse para defender los intereses comerciales y profesionales de sus compatriotas. No hay universidades, pues el nivel de formación académica más alto al que puede aspirar un indígena es la llamada “Escuela Superior”, cuyo verdadero nivel era el del Bachillerato Elemental. Es verdad que los colonizadores españoles construyeron muchas escuelas en el país, pero al contrario de lo que se dice, el nivel de formación no era alto, pues solo se nos formaba como ejecutores de órdenes en las empresas y en la Administración, y jamás como ejecutivos ni, mucho menos, como hombres capacitados para gestionar un Estado.

Cuando se inicia la lucha de liberación nacional, los guineanos crean partidos políticos —casi por imitación, como la misma lucha política en sí—, y ninguno de estos ha elaborado un proyecto claro y sólido del Estado que se quiere crear. Así llegamos a la Independencia, conseguida, además, con menos sufrimiento que en el resto de países africanos independizados. Los ciudadanos del nuevo Estado siguen siendo “menores” de edad con respecto a los del resto del continente libre. Solo saben que un partido político sirve para llegar al poder a fin de permanecer en él, pero solamente pocos saben lo que es la alternancia en el poder. Al no tener espíritu asociativo, no saben lo que es luchar por un interés común, ni por sus derechos y libertades. Nadie les ha explicado lo que es un sindicato (Francisco Ela Abeme habla, en su libro, de una incipiente Unión General de Trabajadores), por lo que tampoco los trabajadores encuentran la razón de disponer de una organización encargada de la defensa de sus derechos e intereses.

Así éramos cuando, a partir de 1968, nos sometió Macías, y así seguimos siendo bajo la dictadura de Obiang. Mientras Macías mataba tranquilamente a los guineanos, en otros países africanos, como Gabón, Nigeria o Camerún, también con dictaduras, los estudiantes hacían huelgas y se manifestaban en las calles de Libreville, Lagos o Yaundé, y los trabajadores hacían huelgas y asistían a las protestas convocadas por sus sindicatos. 44 años después de nuestra independencia, seguimos siendo un pueblo dormido como hace siglos, hecho al que han contribuido, concienzudamente, las dos dictaduras.

Y así, también, hemos llegado al proceso de democratización que dura ya casi cinco lustros. Mientras en otros países africanos los ciudadanos secundaban a los partidos políticos y la sociedad civil ayudaba a concienciar y movilizar a la ciudadanía (desde Malabo oíamos hablar de las huelgas y movilizaciones en Gabón, así como las famosas “villes mortes” en Douala y Yaundé), en Guinea la población esperaba, con las manos cruzadas, a que los partidos políticos actuaran, como si éstos fueran fuerzas especiales de la naturaleza, llegadas del cosmos. Hay que reconocer que a esta pasividad de la población, contribuyeron dos factores, entre otros: la creencia de que la “comunidad internacional” jugaría el papel determinante en nuestra transición, y la constante actitud de los propios partidos políticos, que ante cualquier atropello contra la población (por ejemplo, los hechos de Annobón y el asesinato de Pedro Motú Mamiaga, ambos sucesos acaecidos en el verano de 1993), se limitaban a pedir “calma” a la población mediante comunicados. La oposición nunca trató de movilizar al pueblo, quizás consciente del escaso éxito que obtendría.

Y, una vez más, así seguimos. Desde mi punto de vista, y vaya a modo de autocrítica, es el principal error que ha cometido la oposición en Guinea Ecuatorial. La dictadura está haciendo su trabajo, lo que una dictadura suele hacer para mantenerse eternamente, y a cualquier precio, en el poder: reprimir, someter, empobrecer, intimidar, desinformar e idiotizar a la población.

Los politólogos hablan de algo que se llama “cultura política”, entendida, según la definición de Inglehart, como “un sistema de actitudes, valores y conocimientos ampliamente compartidos en el seno de una sociedad, transmitidos de generación en generación”. Este conjunto engloba también principios e ideales que determinan el comportamiento político de un país. Ello quiere decir que la cultura política no es la misma en todos los países, por lo cual, en un país dado, como Guinea Ecuatorial, los ciudadanos toleran comportamientos políticos (como la corrupción, el nepotismo o el fraude electoral abierto), que en otros países difícilmente podrían aceptar los ciudadanos. Y ello se debe a sus diferentes “culturas políticas”. En Guinea nos falta cultura política, o la que tenemos es escasa. Basta con escuchar a Obiang preguntándose por qué la oposición no reparte el dinero de la campaña electoral a la población, o ver que en las redes sociales y foros en internet, aparezcan ciudadanos preguntando por qué los partidos políticos no construyen universidades en Guinea, o ver los congresos de un partido convertidos en fiestas populares, o contemplar cómo los funcionarios no pueden quejarse de sus bajos salarios, o ver cómo en un día Primero de Mayo, las “manifestaciones” son de apoyo a un régimen, pero sin ninguna reivindicación social ni económica.

Ante esta falta de cultura política, que los guineanos siguen sin adquirir, ¿qué tiene que hacer la oposición? Pues lo que no ha hecho hasta ahora, es decir, concienciar y preparar al pueblo para manifestarse y reivindicar sus derechos y libertades. Visto los resultados, no ha calado el trabajo de formación política realizada por CPDS desde hace más de 20 años a través de su revista LA VERDAD y los folletos sobre derechos y libertades. La dictadura jamás inculcará esos valores para que se vuelvan contra ella misma. Por otra parte, es un craso error hacer creer o pensar en la existencia de un “redentor” o “mesías” que vendrá desde no se sabe dónde para salvar a los hombres y mujeres de Guinea Ecuatorial. No existen esos líderes, como tampoco debemos esperar fuerzas especiales de no sé qué país o continente, que vengan a echar a los opresores del pueblo. El propio pueblo debe tomar conciencia de eso si quiere liberarse a sí mismo.

Cuando es un Gran Líder-Carismático-Salvador, o una Fuerza Sobrenatural, quien venga a salvar al pueblo, lo más probable es que dicho pueblo no sea libre a largo plazo, porque el Gran Líder- Salvador siempre se comportará como otro dictador, pues se creerá el dueño absoluto del pueblo, y pensará que el pueblo le debe la libertad y todas las demás bondades. Sobran ejemplos al respecto. Cuando es el propio pueblo el protagonista de su liberación, también será el principal guardián de su libertad. Ahí están los casos de Túnez y Egipto.



ANDRÉS ESONO ONDO

Secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales de CPDS