viernes, 13 de abril de 2012

                                               




                                



                                                ¡OH, QUE MONO ES EL NEGRO! 


.De Nsé Ramón en Apoyo a Juan Tomás Ávila Laurel · Editar documento.Muy buenos días señores y señoras del mundo, hoy he pensado salir con un tema espinoso que a mi personalmente no me duele retratar ya que parto desde la base de mi condición de terráqueo y a ello le añado mi recién estrenada libertad de expresión y mi condición de ser humano normal y corriente. El tema en cuestión trata sobre lo que lleva casi 5 meses dándome un dolor de cabeza atroz por la cantidad de personajes, actores de circo, que utilizan eso como estandarte, logo y bandera de sus "objetivos" no muy a corto plazo visto lo visto de cómo parece que va el mundo hoy en día. Y sin más rodeos, quiero tocar la fibra del panafricanismo más vulgar, menos vistoso y más propenso a hacerse un harakiri sano y eficaz ya que si hay alguno de ellos con vergüenza, el momento ya invita a "japonizarse" un poco con honor y nobleza antes de que se empotren contra el mundo que exige todo para todos sin mirar los colores con los que cada cual en su todo ve esto en que estamos metidos involuntariamente.
 
 
He estado un par de días intentando organizar mis ideas, entre ellas estudiar un posible retorno al país que me vió nacer hace un tiempo, y durante ese éxodo personal, también tuve tiempo de leer cosas en otros lares diferentes a estos en los que yo habitualmente participo intentando aportar eso del granito de arena. Esas lecturas, que en ningún momento superan las ganas de ver fútbol cada week-end, me han metido de lleno en lo que yo llamo "Lo absurdo y la tontería quieren no dejarnos en paz". Esa definición se la acoplo a todo aquél que del mundo quiere entender las cosas a medias, o entenderlas a modo de "todo de repente y sin dejarse nada en el tintero". Estarán ustedes de acuerdo conmigo en que hay límites para todo, y que si uno quiere ser sabio, que empiece por no entender ni una puta mierda, pasando así a entender lo que con hechos le explican sinceridad y seriedad incluidas para mejor acabado y amoldado cerebral, que tampoco es que vaya muy ligero de conocimientos.
 
 
Soltadas las palabras de rigor para que la carta de LOCO de hoy parezca algo serio, empezaré por declarar públicamente de que hubo un muchacho que se murió hace muchos años, que no subió al cielo y que no era el hijo de dios. Con total certeza hay de los que me dirán de todo, pero a esos ya les he dicho mi todo respecto a ese caso celestial que tanto me jode y que parece no acabarse nunca, para mi desgracia. Ahora, si me permiten, abro la veda.
 
 
¿De qué pueden tener la culpa los africanos de la situación en la que está inmerso el continente?
 
 Yo se lo diré, y ríanse si quieren.
 
 El africano no tiene la culpa de nada. No es responsable de nada. Y todas las culpas, mas las responsabilidades que otorgan las desgracias en el continente las tienen los occidentales. Porque el africano en toda su vida trató muy bien a las mujeres hasta que llegó el hombre blanco y dijo que había que tratarlas con las leyes del evangelio. Las mujeres en África, que hoy en día son presidentas, ministras, empresarias, e incluso ganadoras de premios habitualmente destinados a los hombres, no sufrían lo que sufren ahora con su empeño en llevar el pelo alisado, trajes de pantalón, maquillaje que casi las emblanquece, conducir, viajar con pasaporte propio y dirigir empresas y negocios de alto nivel. Ahora escriben, leen y proponen, no como antes que debían de no saber nada porque el blanco les colocaba detrás del hombre y las negaba el asiento ante los ojos de dios. Tienen sus ahorros y muchas ganan mucho mas que algunos hombres, cuando en otras épocas, el blanco las impedía gestionar nada que no fuese la cocina y el bienestar de los niños. Las mujeres africanas jamás fueron mal tratadas por sus esposos hasta que llegó el blanco y empezó a incluirlas en la lista negra de las que ponen denuncias por cualquier cosa que las hubiese afectado negativamente proveniente del hombre. Las mujeres con los blancos, no podían entrar donde el hombre tomaba grandes decisiones para la comunidad, y se limitaban a hablar de mercado y de congosá entre ellas. Digamos que hasta que llegara el hombre blanco, la mujer en África, era la esencia misma de las libertades y los derechos, pero llegó el blanco y lo mandó todo al garrete, y ahora viven haciendo cosas que el hombre debería estar haciendo para ellas.
 
Eso, simplificado, era sólo para mujeres, ya que tenemos otras cosas que decir y entre las cuales se podría rescatar aquello de que el africano antes no hacía guerras contra sus hermanos, lo que pasaba era que le gustaba apoderarse de las tierras de los demás exterminando tribus enteras y doblegando a todos los que osaban llevarle la contraria al más fuerte de los Jefes. No eran guerras ni muertes inútiles porque se trataba de que nadie viniese de fuera a matar a los hermanos, "ya que a mis hermanos sólo los mato yo". Por eso es que cuando a Teodoro Nguema Obiang Mangue le pillan y le dejan en evidencia, los africanos que jamás hicieron daño a nadie en su historia en lugar de hacerle preguntas a su hermano africano sobre todos esos bienes, se ceban contra esos blancos que quieren que los africanos se peleen entre si dividiéndolos para que sean ellos los que se lleven todo a sus países. Nuestro hermano no se ha llevado nada a otros países, es el blanco quien le ha embrujado para llevarse todas esas cosas a sus tierras, y ahora nos dicen que él nos roba para que le tengamos manía y el continente se vuelva un charco de sangre. El africano, jamás le hizo la guerra al hermano, fue el blanco quien vino a separarnos y se aprovechó de nosotros que siempre fuimos pacíficos.
 
 
El africano jamás quiso comprarles armas a los blancos, el blanco le obliga a comprarle armas, y el africano lo hace porque luego piensa que si no lo hace, el blanco luego viene a tomar por la fuerza lo que toma ahora sin tener que mover ni un dedo desde sus despachos. "Si compramos las armas de esos blancos, podremos defendernos de los inexistentes enemigos externos". Pero claro, resulta que el pacífico africano que jamás le hizo daño a su propio hermano ni cuando las lanzas y las flechas creaban señores feudales ahora tiene un arma potente, siempre menos que el arsenal del que se las vende, y prefiere usarla contra los hermanos que no quieren estarse quietos, que piden derechos, que piden justicia, que piden libertad y que aveces piden que se dialogue. Con las armas compradas al que siempre tendrá más armas que el comprador, el pacífico africano seguirá esperando al inexistente enemigo externo. Ese que siempre aparece sin uniforme militar, con un maletín en lugar de un fusil, una sonrisa enorme en lugar de una seriedad terrible, un saludo de manos en lugar de unas amenazas verbales, y que se lleva todo lo que puede sin cambiar ni siquiera el discurso que ya usaron sus bistatarabuelos cuando entraron y contaron lo mismo a los que pacíficamente vivían sin rencillas étnicas ni malos rollos. El africano no quiere comprarle armas al blanco, lo hace porque le obligan y le dicen que es para protegerse del inexistente enemigo externo.
 
 
Tampoco quiso saber nada de la religión del invasor blanco. Ellos vivían de sus creencias ancestrales, de sus marabús, de sus fetiches y de sus pequeños "amos" que controlaban al pueblo y se suponía que les protegían. Llegó el hombre blanco con un dios escondido en un montón de letras dentro de un libro y que a juzgar por los datos ofrecidos por el librito, no estaba claro que naciera el protagonista espiritual en la zona geográfica de donde provenían esos blancos. Hoy en día hay países en África que viven con la tele que hecha humos con noticias de "imposibilidad de convivencia" entre africanos que juran que el dios de Oriente Medio es e más guay, con los otros que dicen que el dios de Roma es el más bonito, e incluso tienes a muchos, sobre todo que viven por encima de las posibilidades de un total por ciento insultante sobre los demás africanos asegurándose el cielo jurando que los testigos de jehová son los más serios, que la iglesia anglicana tiene su veracidad, que buda es lo mejor y también podrías encontrartelos en la iglesia a la que van blancos como los Tom Cruise o Madonna. Ellos no querrían a esos dioses, ellos no los quieren, pero son capaces de dejar sus pacíficas intensiones aparcadas si a cualquier negrata se le ocurriese meterse con su dios traído de sólo dios sabe donde. El blanco les engañó con las religiones ajenas a sus ancestrales tradiciones, pero defenderán ese engaño como si sus vidas dependieran de ello.
 
 
Ellos vivían bien con sus curanderos. Esos sabios que conocían cada árbol del bosque como la palma de su mano y que no cobraba más que un poco de comida, agua y paz con la comunidad. Pero llegó el maldito blanco con su penicilina y ellos tuvieron que aceptarla como algo bueno. Ellos aseguran que la penicilina es una cosa que el blanco les robó ya que está compuesta por las mismas hierbas que las que usaban los curanderos tradicionales, pero pese a eso, insisten en que el blanco no ha traído más que desgracias a ese continente pacífico que nada de daño le deseó a otros. Han decidido repudiar al curandero, aferrarse en la medicina del blanco, reducir la tasa de mortalidad infantil en algunos países responsables, reducir el número de mujeres que se morían por parto, reducir muchas cosas que eran fatales para los suyos. Pero tienen claro que los blancos siguen tratándoles mal con el saqueo de todas las plantas que se llevan para producir esas medicinas. Les explicas que hacer eso es fácil ya que sólo se trata de dejar las armas, reconciliarse con el hermano y sentar las bases que hacen que los africanos dispongan de posibilidades de desarrollar su capacidad, implantando todos la democracia en nuestros respectivos países, y te salen conque no es posible hacer eso. Primero porque el sistema democrático no es africano, segundo porque el blanco no lo permitiría. ¿Y por qué debe permitirlo el blanco?... Pues porque son ellos los que nos venden armas, nos embrujan para que vivamos separados y con rencillas y eso acaba por provocar que nos matemos. ¿Y no son ustedes capaces de dejar de comprar esas armas al blanco?... ¡No, ¿Quieres que los inexistentes enemigos externos nos vuelvan a invadir a la fuerza?!, ¡Ahora no nos pillarán desprevenidos como a nuestros antepasados colonizados!.
 
 
 El africano aplaude a Barack Obama porque ha llegado a Presidente de un país muy poderoso. Pero ninguno tiene el valor de aplaudir a su madre, esa blanca que engañó al hermano de Kenia para que le hiciera un hijo tan inteligente aunque esa fuera luego abandonada con su criatura para ir a cumplir la tradición de estar casado con una mujer de África como manda la tradición africana que de momento se rige por la poligamia y la fe en dioses que decidieron por elección de los hombres poderosos de la época dejar a la mujer en un plano no muy elegante. A los africanos les gusta Obama porque vieron una batalla ganada al blanco, pero Obama cuando se va a casa, le da dos besos a una blanca como jamás se los dará a la negra de su esposa, ni a las negras de sus hijas que tienen algo de blancas en la sangre.
 
 
 El africano jamás le hizo nada a nadie. Nunca miró con malos ojos a su hermano y jamás permitió que el blanco hiciera con él o con sus hermanos lo que le diera la gana. Él todo lo que ahora hace, como por ejemplo seguir a Jay Z por negro que en su vida jamás dará conciertos gratuitos en África para que lo de Angelina Jolie y Brad Pitt con las adopciones sea tomado como una estupidez y unas ganas de hacer publicidad, le resulta natural. Presumen de pasar sus vacaciones en Europa, de sanarse en Europa, de comprarse ropa en Europa, de formarse profesionalmente en Europa, de tener derechos y voz en Europa, de vivir mejor en Europa que en ningún otro lado del mundo porque hay garantías para ello, y a demás con la convicción de que todo lo que disfrutan les es de derecho ya que Europa robó todo a otros, sobre todo a África. Visten como los europeos, hablan como los europeos, construyen como los europeos, copian sistemas políticos europeos, educan a sus hijos como los europeos, etc...
 
 
Con todo eso, jamás se pararon a pensar en las responsabilidades que les corresponde. Están demasiados metidos a buscar al europeo para cualquier cosa, ya sea para bien o para mal. Obiang Nguema Mbasogo y su hijo, panafricanistas declarados y luchadores anti neocolonialismo, tienen problemas con la justicia, y contratan a 3 abogados europeos para que sean ellos los que defiendan el patrimonio de los pacíficos negros de Guinea Ecuatorial. Está claro que no hemos sido jamás culpables de la historia nefasta que vivimos, por lo que ya deberían dejarnos en paz los que dicen que el africano se merece lo que tiene.
 
 
¿De qué pueden tener la culpa los africanos de la situación en la que está inmerso el continente?.
 
 
Yo creo, como africano que soy, de que nuestra culpa reside en que queremos saberlo todo sin que nos paremos a pensar en qué no hay que permitir para saberlo.
 
 
Nsé, panafricanistas de medio pelo, hagan el favor de derrocar a sus líderes más obsoletos. Si lo logran, tengan por seguro que Europa no volverá a mover ficha sin que ustedes vayan en primera fila. Lo demás que hacen se le llama "hacer el mono".
 
 
 
                                                     AUTOR: Ramon ESONO EBALÉ
       
 
         EDITADO Y PUBLICADO POR OKOC NSEIÑ NDOMAN ELA ENVHO NGUEMA

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