jueves, 27 de septiembre de 2012





SOBRE EL ARTÍCULO DE JOSÉ LUIS NVUMBA MAÑANA




El artículo escrito por José Luis Nvumba Mañana y publicado en varios medios (Asodegue y Apoyo a Juan Tomás Ávila Laurel en Facebook, entre otros), puede interpretarse de maneras diferentes, tanto por los detractores de CPDS, como sus partidarios. Y viniendo de quien viene, no puede dejarnos indiferentes, al contrario de lo que ha venido ocurriendo con tantas cosas que han aparecido en diferentes medios de la oposición en el exterior en los últimos diez años. Solo hace falta recurrir a la hemeroteca de GuineaEcuatorial.net y a las redes sociales para darse uno cuenta de que nuestra formación política ha sido, a lo largo de ese tiempo, objeto de una crítica desmesurada, injustificada y no constructiva. Sin embargo, hemos permanecido callados hasta obervar, con estupor, que nuestros detractores estaban llegando demasiado lejos, con constantes alusiones e insinuaciones sobre CPDS, no para proponer nada en concreto, sino como un entretenimiento en la red.

Me gustaría que aparecieran con frecuencia artículos como el del compañero José Luis, que supusieran una vía de un verdadero debate político sobre la acción política de la oposición, no solo interna, sino también en el exilio, a fin de poder llegar, como dice, a una unidad de acción entre todos “con dignidad, compromiso, colaboración y humildad”. Es lo que se necesita y creo que nos conviene a todos si, de verdad, somos capaces de darnos cuenta de que el verdadero obstáculo en el camino hacia la democracia, en Guinea Ecuatorial, no es un partido político de la oposición, sino el régimen militar del general Obiang, y que es más lo que podemos conseguir actuando juntos que en facciones diferentes. Hace falta dar ese paso.

Quiero decirle al compañero que no entienda mi respuesta a Fernando Abaga Edjang como una mera crítica a los compañeros que se encuentran en el exilio, sino como una reflexión y una respuesta hacia esa incesante actitud de menospreciar lo que hacen los demás compañeros en el país. Un ejemplo es que, cuando, como en el caso de Fernando Abaga, Nvumba cree que la verdadera tarea de oposición de CPDS se realizó mientras él estaba aquí, viene a confirmar lo dicho por mí. Y es que se trata de un hecho natural que se ha repetido a lo largo de la historia política: los malentendidos entre la oposición interna y la exiliada. Ocurrió con el PSOE a mediados de los años 40 y principios de los 70 del siglo pasado; también ocurrió con los dirigentes del MONALIGE y con otros nacionalistas guineanos que lucharon por la Independencia, dentro y fuera del país, y ahora se repite la historia con nosotros.

Quiero insistir en que caeríamos en un error de apreciación si tratásemos de analizar la actuación política de hoy en relación con la situación de Guinea de hace 20 años. Desde entonces ha habido muchos cambios, y son muchísimos los factores que han contribuido a esos cambios. Además de los que mencioné en mi respuesta al compañero Abaga, está la intransigencia del régimen; muchos guineanos pensaban que la lucha por la democracia iba a ser fácil y que la caída del régimen era cuestión de meses o de pocos años. De hecho, el crecimiento del número de los militantes de la oposición fue impresionante, y se daba el fenómeno de que un solo individuo se afiliaba a varios partidos de la oposición al mismo tiempo. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que Obiang no estaba dispuesto a un proceso de democratización real y sincero, empezaron a “reinsertarse” al PDGE, empezando por algunos dirigentes. [Recuerdo que fue Antimo Esono Ndong —Q.E.P.D.— el primer dirigente de la oposición en pasarse al partido en poder, precisamente después del Pacto Nacional.] Otra cosa que ha cambiado son los espacios que ocupaba CPDS hasta 1992. ¿Qué hizo posible la huelga del 14 de diciembre que dio lugar a la manifestación estudiantil del 17-D? Pues fue el hecho de que muchos dirigentes de CPDS eran profesores en los institutos de Malabo, espacio que se perdió cuando el régimen reaccionó expulsándonos de los centros educativos. Otro factor que ha cambiado el escenario político guineano son los ingentes recursos económicos de que dispone el régimen desde mediados de los 90, lo que ha permitido a Obiang comprar voluntades y adhesiones, dentro y fuera del país. Cuando dirigentes del PDGE y ciudadanos beneficiarios del régimen, ponen todos los obstáculos posibles en el camino de la democracia, ya no lo hacen solo por defender a Obiang y su PDGE, sino, sobre todo, en la salvaguarda de sus intereses personales. [Basta con ver la cantidad de personas encapuchadas que aparecen en las redes sociales, con pseudónimos, para defender indirecta y sutilmente a la dictadura; al hacerlo, no mencionan expresamente al régimen, sino que atacan a la oposición aprovechando los debates que, en los últimos tiempos, se desarrollan alrededor de la acción política de CPDS]. En las condiciones en que se desarrolla el trabajo de la oposición en Guinea, con el acoso cotidiano a que estamos sometidos, es un milagro que nuestro partido siga existiendo. Y creo que conviene que siga encendida la llama de la oposición en el interior del país. Al menos es lo que intentamos.

Hoy por hoy, la acción política de CPDS, quiérase o no, se ve mediatizada por los cambios referidos. No obstante, el ideario y la voluntad siguen siendo los mismos y tratamos de hacer lo que podemos. Seguimos publicando LA VERDAD, con la regularidad que nuestros escasos medios nos permiten, y, de hecho, sigue siendo el único órgano informativo escrito de un partido político en Guinea Ecuatorial. Hace tres años trajimos clandestinamente una emisora de radio a Malabo y empezamos las emisiones de prueba, pero inmediatamente una treintena de policías armados asaltó nuestra sede. [No nos hubieran venido mal unas expresiones de solidaridad de los compañeros en el exilio...] Más de 20 años después de su fundación, los dirigentes de CPDS siguen llevando el partido a cuestas, manteniéndolo con cuotas y donaciones personales, exactamente como cuando se fue el compañero Nvumba, y la inmensa mayoría de sus dirigentes, entre ellos el que escribe estas líneas, durante ese tiempo no han cobrado ni un solo duro, ni del partido, ni en representación del mismo. Aquí no ha habido ninguna profesionalización de la política, sino entrega y compromiso.

Con eso llego al otro aspecto, el de tener una Ejecutiva de más de 30 miembros. No hemos caído en el “el juego del mantenimiento eterno de ejecutivos y reparto de prebendas y parcelas de Poder” —que quede claro que CPDS no tiene ni puede dar prebendas ni ningún beneficio material a ninguno de sus miembros más de lo que hubiese ganado éste fuera del partido, más bien al contrario: lo pasamos mal porque somos de CPDS—. El compañero recordará que, con la Ejecutiva de 10 miembros que teníamos, algunos ciudadanos y otros partidos nos tachaban de ser “un grupillo de amiguetes”. Hay que tener en cuenta que, con el paso del tiempo, el partido ha ido creciendo y se han ido incorporando valerosos compañeros y compañeras a los que había que implicar en la toma de decisiones dentro del órgano que lleva el día a día del partido. Ello no tiene nada que ver con los macrogobiernos del régimen, a los que seguimos criticando (léase el editorial del último número de LA VERDAD), pues es normal que la ejecutiva de un partido pueda tener 30 miembros, mientras que un gobierno sostenido por el mismo partido tenga pocos ministros (los gobiernos españoles del PSOE o del PP, por citar los ejemplos más cercanos).

Además de la cuestión del escaño —de la que no voy a volver hablar aquí—, uno de los debates que han surgido en las últimas semanas versa en torno al liderazgo en nuestro partido. Antes de afiliarme a CPDS el 15 de octubre de 1992, lo primero que hice fue leer sus Estatutos (con los que sería legalizado el partido a principios de 1993), y estos NO LIMITABAN EL NÚMERO DE MANDATOS del Secretario General. Eso sí: esta cuestión ha sido objeto de debate en un congreso, y la opinión mayoritaria de las bases es que sean los propios militantes del partido quienes, mediante votación en los congresos, determinen quién debe ocupar el cargo en cada momento y le pueden seguir votando si lo estiman conveniente. Y eso es lo que ocurrió en el I Congreso y en uno o dos posteriores. Sin embargo, insistir en la exigencia de que se limiten los mandatos en el liderazgo de CPDS, como si ello fuera la panacea a nuestros sufrimientos, me parece fuera de lugar. ¿Cuál es la razón real de esa exigencia? ¿No fue Felipe González secretario general del PSOE durante 22 años? ¿No hay partidos guineanos, dentro y fuera del país, con los mismos líderes que cuando fueron fundados hace 20 ó 30 años?

Si cualquier persona ajena a la realidad política guineana, lee todo lo que se publica sobre CPDS en las redes sociales, llegará a la conclusión —errónea— de que nuestro partido es el principal obstáculo que impide la democratización de Guinea. ¿Pensáis, amigos y compañeros, y con sinceridad, que sin el escaño de CPDS en el Parlamento y con Plácido Micó fuera de la dirección nacional del partido, el estancado proceso de democratización de Guinea se desatascaría? ¿No se nos viene “machacando” en las redes sociales y desde hace más de 10 años, antes de la toma del escaño y cuando Micó llevaba menos tiempo al frente de CPDS?

Que Obiang no tiene la mínima voluntad política de hacer la democracia, está a la vista de todos. Siguiendo su ideario, CPDS optó por la lucha pacífica mediante un diálogo sincero para llegar un Estado democrático, respetuoso con los derechos humanos. Y seguimos optando por esa misma vía. Sin embargo, la cruda realidad demuestra que el régimen, por su actuación cotidiana —violación de los derechos humanos, nepotismo, corrupción, crónicos fraudes electorales, persecución contra la oposición, etc.—, no está por la labor, por lo que la cuestión crucial es: ¿hay que cambiar de vía? En tal caso, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Casi todas las críticas a CPDS, al no contener ninguna propuesta concreta, nos hacen pensar que la solución para quienes las hacen es que CPDS se disuelva, que desaparezca. Ello nos conduce a otras preguntas: ¿quién saldría beneficiado? ¿Sería una solución positiva una eventual desaparición de CPDS? En este sentido, la respuesta más clara la dio, hace unos días, Juan Tomás Ávila Laurel, al señalar que “debería saber CPDS que no hay campo para la política en Guinea”. Esto lo dejo para otro debate.

Quiero finalizar esta opinión haciendo una lectura positiva del artículo de José Luis Nvumba —aunque han aparecido ya los francotiradores de siempre, utilizando ese artículo para lanzarse de cabeza sobre CPDS—. Y la lectura positiva es que, desde que, hace una década, el debate político nacional por internet gira, en exclusiva, en torno a la acción política de CPDS, por fin hay alguien que invita a “la confluencia de acción de todos los que estamos implicados en la lucha, tanto desde el exilio como desde el interior, siendo capaces de hacerlo con dignidad, compromiso, colaboración y humildad.”

Dado el caso, yo añadiría que fuese también con lealtad, sinceridad y respeto mutuo, aunque parezca redundante.

ANDRÉS ESONO ONDO

Secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales de CPDS.


Anti..: acontinuación copiamos el citado articulo del exdirigente de CPDS Jose Luis Nvumba Mañana.








¿Estamos encaminados hacia la democracia? V:


(publicado por: José Luis Nvumba Mañana)




"¿Para qué necesita el Dictador gastarse ingentes cantidades en asesores y en agencias y gabinetes de lavado de imagen?. "



Hace ya años, prácticamente desde aquellos tiempos del inicio de la década de los noventa, del S. XX en que lo hice sistemáticamente bien desde la militancia en CPDS, como en el seno de la POC, que ya no pierdo el tiempo haciendo análisis críticos de las leyes que dimanan de la Dictadura Obianguemista. Dejé de hacerlo porque no sólo era palmaria la ilegitimidad en su origen, sino que también era sistemático su incumplimiento por el mismo régimen que las promulgaba, desoyendo las exigencias de la Soberanía Popular. Entiendo que sólo aquellos ámbitos interesados de modo espúreo en la pervivencia de la Dictadura, podían, y pueden, dudar de su carencia de legitimidad, así como de que se manejaba y maneja de modo ajurídico. Por ello cuando a raíz de la “aprobación” de la nueva Ley Fundamental, fui entrevistado por un medio de comunicación norteamericano, interesando mis observaciones sobre el contenido de esta pretendida Constitución y sobre el subsiguiente “referéndum” que se iba a celebrar, NEGUÉ LA MAYOR EN TÉRMINOS DE QUE NI SE HABÍA PRODUCIDO UN VERDADERO PROCESO CONSTITUYENTE EN G.E. NI POR TANTO LA LLAMADA LA LEY FUNDAMENTAL PODÍA PARANGONARSE CON LO QUE SE CONOCE POR UNA CONSTITUCIÓN EN LA TRADICIÓN Y PRÁCTICA DEL ESTADO DE DERECHO. Que únicamente nos hallábamos ante las maniobras manipuladoras y de distracción propias de la dictadura, que tenía secuestrada la soberanía y voluntad de los pueblos.


La Dictadura no sólo ha venido promulgando todo tipo de “normas” y supuestas Leyes Fundamentales en base a la arbitraria, absoluta, incontrolada e incontrolable voluntad del Dictador, sino que además éste no ha tenido reparo alguno en sentirse al margen e incumplir sistemáticamente las normas “dictadas”. Como expresó públicamente en su día, es “Dictador porque dicta las leyes”. Sólo le faltó añadir que estas normas, siquiera la que llama “Ley Fundamental”, le afectaban, a él y a cualquiera de sus elegidos, porque al ser producto de su omnipresente y absoluta voluntad, sólo faltaría que de algún modo le coartaran o se tuviera que someter a sus propios “dictados”.

¿Para qué necesita el Dictador gastarse ingentes cantidades en asesores y en agencias y gabinetes de lavado de imagen?. El último proceso constitucional que dictó, concluyó en una “Ley Fundamental” en la que su simple lectura no nos evoca sobre un sistema presidencialista, sino sobre un régimen Fundamentalmente absoluto en que la Jefatura del Estado copa todos los poderes, nombramientos y decisiones básicas de la arquitectura estatal. Cualquier analista y técnico imparcial no puede llegar a otra conclusión. Es como cuando en una precedente reforma o ”dictado” de la Ley Fundamental, operada en 1991, no tuvo reparo alguno el Dictador en incluir una disposición por la que se estableció que no podría ser juzgado ni antes, durante o después de su mandato.¿ Los asesores en que se gasta ingentes cantidades de dinero no le hicieron saber que semejante disposición suponía ponerse por encima de la Ley y enviar el mensaje de que GOBERNABA DE MODO IRRESPONSABLE POR LO QUE NO PODÍA SOMETERSE A RENDIR CUENTAS, como corresponde a cualquier ciudadano en un auténtico estado de Derecho?. Supongo que la palmaria evidencia de que la inclusión y mantenimiento de semejante disposición era absolutamente insostenible e indefendible ante cualquier foro es lo que determinó que se acabara olvidando de la misma, sin perjuicio de que es evidente que el Dictador hará todo lo que esté en su mano para no verse nunca en el trance de tener que rendir cuentas por tantas iniquidades de que ha sido y es responsable.

Pues bien, tras “dictar y promulgar” su actual Ley Fundamental, el Dictador, una vez más, tras perpetrar una nueva exhibición de pasarse la Soberanía de los Pueblos por el forro, ha seguido manteniendo su habitual comportamiento de no sentirse obligado y sometido por sus propios “dictados”, siquiera los pretendidamente constitucionales. A pesar de haber introducido muy importantes modificaciones en la arquitectura del estado, ni “dictó” disposiciones que regularan la provisión de estas novedades, ni ha seguido, en su caso, el lógico camino previsible, que debería haber conducido a la inmediata disolución del gobierno e instituciones, como la parlamentaria, que debían adaptarse a la nueva arquitectura estatal, una vez promulgada la “Ley Fundamental” y a la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias.

Lo que ha hecho, cuando le ha rotado, ha sido “cambiar” el gobierno, para nombrar otro que denomina de transición, ¿hacia qué?, en el que, a mayor inri, HA NOMBRADO UN VICEPRESIDENTE SEGUNDO NO PREVISTO EN SU NUEVA “LEY FUNDAMENTAL”. Nombramiento que con todo descaro y sin mácula ha recaído en su hijísimo, en una nueva evidencia de que EL NEPOTISMO CONSTITUYE UNA MARCA REGISTRADA DE LA DICTADURA HEREDITARIA DE OBIANG NGUEMA. En suma, el supuesto último proceso constitucional ha sido otra burda maniobra de distracción dirigida, básicamente, a la llamada comunidad internacional y para intentar garantizarse que, caso de verse impedido a seguir ejerciendo material y directamente su “dictadura”, la sucesión recayera en su hijo. Claro que los problemas que éste tiene con la Justicia de varios países han impedido la cuadratura del círculo: que fuera nombrado VICEPRESIDENTE, ante lo cual el Dictador ha debido camuflarlo, aún contraviniendo “su Ley Fundamental”, como Vicepresidente II, con la seguridad de que el nombrado Vice I no tendría nunca la capacidad de reivindicar que la nueva “Ley Fundamental” establece que es el llamado a suceder al Presidente en caso de su incapacidad, muerte o renuncia.



No puedo dejar de hacer alusión a la posición de la llamada principal fuerza de oposición interior, es decir, al CPDS. Y lo hago, después de muchos años de prudente y silenciosa observación de su devenir, en mi calidad de cofundador y uno de los principales impulsores del inicial ascenso interno y exterior de este Partido. Señores, desde los palmarios y totales incumplimientos por el régimen del que pomposamente se llamó PACTO NACIONAL, ya a partir de su nacimiento en 1993, la verdadera oposición democrática quedó compelida a tomar DEBIDA NOTA de la carencia de voluntad democratizadora del régimen, lo que se ha venido confirmando sistemáticamente. Se debía haber tomado nota de que era imposible que se produjeran VERDADEROS AVANCES DEMOCRATIZADORES Y DE RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS siguiendo la agenda política de la dictadura. Ustedes se empeñan en dormir en los laureles de sentirse los más guapos de la Oposición, hasta haber perdido completamente la perspectiva y los principios que informaron la acción de CPDS en su creación y años iniciales. Entre estos principios estaba el de realizar una actividad política que había de valorarse constantemente para mensurar si de verdad se estaba avanzando en la democratización y vigencia de los derechos humanos. Y para lograrlo, había que tener una agenda política propia que incluía la confrontación, pacífica y civil, con el régimen dictatorial, cuando ello fuera necesario. Pues bien, el régimen ha demostrado sobradamente, y desde hace más de tres lustros, que nunca posibilitará el más mínimo avance de los objetivos básicos que condujeron a unos jóvenes a la creación de CPDS. Participar de las maquinaciones y de la agenda política marcada por el régimen, y sus aliados internos y externos, en modo alguno es justificable, pues supone, en definitiva, ayudar a perpetuar la dictadura y convertir la legítima y digna actividad de oposición en meramente retórica y de salón. Ello sólo puede conducir a la corrupción y a que alguno convierta esta actividad, inicialmente digna y plena de riesgos, en profesional en que los intereses personales y partidistas prevalecen sobre los comunes, cuya defensa es lo único que da sentido y dignifica la actividad política. Es significativo que aquel CPDS inicial que a través de La Verdad ilustraba y denunciaba sobre lo ridículo de un gobierno de 44 miembros para un país de medio millón de habitantes (lo que suponía que uno con 40 millones de habitantes, como entonces España, habría tener 11 mil ministros), actualmente nos haga saber que su Comisión Ejecutiva Nacional, CEN, está constituida por más de TREINTA EJECUTIVOS. ¿ Han caído ustedes en el juego del mantenimiento eterno de ejecutivos y reparto de prebendas y parcelas de Poder, único motivo de los inoperantes y ridículos macrogobiernos de Obiang Nguema, que tanto criticábamos y denunciábamos?¿ Recuerdan Ustedes que manteníamos que la CEN no debía superar los DIEZ miembros y que además los mandatos no debían superar dos legislaturas, como establecimos en los Estatutos?¿ Recuerdan Ustedes que cuando marcábamos nuestra agenda política y entrábamos en confrontación directa con la Dictadura, no teníamos presencia en el Parlamento y sí éramos capaces de hacer llegar nuestro mensaje a la ciudadanía, y al mundo exterior, hasta el punto de haber llegado a aglutinar masas de personas y a provocar la reacción espontánea de los estudiantes en diciembre de 1992?. Señores, es cierto que el exilio nos puede alejar de la realidad, lo que al menos parcialmente podemos superar si mantenemos los contactos e información directa sobre el devenir cotidiano en el país, como también lo es que la acción de oposición interna incide más directamente en la ciudadanía. Ahora bien, ni los que nos hemos visto obligados al exilio, tras haber luchado en el país y ver comprometida nuestra vida y libertad, tenemos la panacea del buen hacer y la dignidad, ni los que han permanecido y siguen luchando en el interior pueden pretender que este sólo hecho los hace más dignos y valientes interlocutores. Sólo estamos llamando la atención sobre la necesidad de no perder de vista los objetivos y principios que han de informar la lucha por la Democracia y sobre lo pernicioso que sería que, aún de buena fe, nuestra acción política acabara dando cobertura a la Dictadura. En este caso, es mejor dejarlo. En fin, estamos encaminados hacia la Democracia y debemos llegar ya a la confluencia de acción de todos los que estamos implicados en la lucha, tanto desde el exilio como desde el interior, siendo capaces de hacerlo con dignidad, compromiso, colaboración y humildad.



José Luis Nvumba Mañana.

Barcelona, septiembre del 2012.



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