viernes, 21 de septiembre de 2012


EL ESCAÑO DE LA DISCORDIA: UNA VERDADERA FIJACIÓN


A través de un correo electrónico enviado por un amigo, me enteré del artículo publicado en la página guinea-cuatorial.net y en el foro “Apoyo a Juan Tomás Ávila Laurel”, el 12 de septiembre, firmado por Fernando Abaga Edjang. Por las dificultades de acceso a internet, solo he podido leerlo la noche pasada. Ante los numerosos requerimientos del foro, paso a dar mi punto de vista sobre un tema que se ha vuelto un disco rayado en el debate político guineano en internet: el escaño que ocupa CPDS en el Parlamento. Pocos asuntos de interés nacional deben de descansar sobre nuestras mesas como para convertir ese escaño en un motivo de un debate político que dura ya cuatro años. En todo caso, mi deseo es que mi respuesta no suponga el inicio de un interminable partido de ping-pong, de respuestas y contrarrespuestas, pues no vamos a entrar en ese juego.

Debo empezar reconociendo la excelente pluma de Abaga y su elocuencia —por cierto ya conocidas desde hace mucho—, así como su gran capacidad narrativa, características que combina con una extrema habilidad para hacer afirmaciones que, siendo falsas, aparentan verdades contrastadas, todo con el objetivo de confundir al público. Algunas de las falsedades que contiene su artículo aparecen cuando:


1. Dice hablar como “un simple ciudadano de a pie”.

2. Afirma que su crítica es “constructiva y útil”.

3. Asegura que “continúan las expulsiones de muchos militantes y dirigentes de CPDS”.

4. Asevera que el escaño que ocupa CPDS es “un regalo del Fundador” que legitima al régimen.

5. Asegura que “el panorama político de Guinea Ecuatorial sería diferente si no existiera este escaño”, por lo que su abandono haría que las cosas fueran diferentes.

6. Concluye que CPDS se ha entregado al régimen (“entreguismo”).


1. Me empieza a llamar la atención el que el articulista se identifique como “un simple ciudadano de a pie”, cuando en realidad muchos saben la importancia del puesto que ocupa desde hace mucho tiempo y cuál ha sido su relevancia dentro de la Ejecutiva de CPDS, a la que perteneció como uno de sus dirigentes. Con ello, pretende confundir haciendo creer que su inquietud carece de todo interés de carácter partidario. Sin embargo, todos los que siguen el debate político guineano por internet desde hace muchos años, también se sorprenden de que Fernando Abaga se identifique como “un simple ciudadano de a pie”. Otra cosa distinta es que esté fuera de Guinea desde hace muchos años y perciba las cosas de forma diferente.

2. Toda crítica puede ser constructiva o destructiva, teniendo en cuenta la intención, la forma y el autor. Fernando Abaga, como gran luchador que fue de CPDS, mantiene relaciones personales con muchos de sus dirigentes, a quienes, cuando quiera hacerles una crítica “constructiva”, puede dirigirse y plantear sus críticas y propuestas por canales distintos a las redes sociales, ya sea como antiguo compañero o amigo, ya sea como un “simple ciudadano de a pie”. Sin embargo, el hecho de que en los últimos años haya dedicado mucho tiempo y esfuerzo en hacer su crítica —legítima por cierto— en varios foros y redes sociales, y no señalando precisamente lo que el partido debería hacer ni aportando una sola idea que pueda ayudar a mejorar nuestro trabajo, ya es ilustrativo en sí mismo de sus intenciones.

Decir en una red social, por ejemplo, que “se observa un radical viraje en la orientación política del CPDS, de uno basado en principios y valores claros, a uno en que el fin justifica los medios, con una gran dosis de entreguismo, acercándose peligrosamente a la capitulación”, no es ni puede considerarse una crítica constructiva. No es una recomendación enviada a CPDS como aportación para mejorar su acción, sino un mensaje claro, dirigido al foro con el fin de influir en la percepción que se tiene de CPDS. Con todo lo que ha escrito sobre CPDS y queda por escribir, no se puede decir que Abaga sea su simpatizante, ni mucho menos partidario; tampoco es un simple crítico. Afirmar lo contrario es intentar marear la perdiz.

Estas críticas “constructivas y útiles” de Fernando Abaga me recuerdan una anécdota ocurrida durante los tiempos de Macías. Cuentan que en medio de un Festival de música celebrado en el cine Okangong de Bata, un cantante subió al escenario para actuar en su turno, pero acababa de salir de los aseos y no sabía que tenía abierta la cremallera de su pantalón. Una vez en el escenario, uno de sus compañeros, tras observar la situación, le gritó en voz alta: “¡Tienes la bragueta abierta!”; el público prorrumpió en carcajadas, mofas y silbidos. ¡Qué buen amigo habría sido si, en vez de decírselo en público, se lo advierte discretamente! El cantante habría evitado la humillación dando la espalda a la audiencia y subiéndose discretamente la cremallera.

El artículo que nos ocupa es igual al mal gesto del compañero del cantante de Bata. Los que quieren la mejora de CPDS hacen sus críticas utilizando otras vías; de hecho, muchos miembros de esos foros, a los que ni siquiera conozco, me mandan mensajes privados y chatean conmigo criticando lo que, a su juicio, va mal en CPDS, y me sugieren ideas acerca de lo que deberíamos hacer. Actúan así porque su interés es que CPDS mejore y la situación del país, también. En CPDS no somos infalibles.

3. Abaga afirma que en el partido “la bicefalia es una realidad y continúan las expulsiones de muchos militantes y dirigentes de CPDS”. Otra falsedad. Tras 20 años de andadura política, la primera expulsión de un militante y/o dirigente de CPDS la sufrió Celestino Bacale en el mes de enero del 2011, y en septiembre del mismo año, también fueron expulsados 5 miembros de la Ejecutiva nacional del partido, por unas faltas graves a los estatutos del partido por todos conocidas. Además de esos 6 dirigentes, ¿quiénes son esos “muchos militantes y dirigentes de CPDS” expulsados? En honor a la verdad y para dar rigor y credibilidad a lo escrito, debería dar los nombres de esos militantes y dirigentes que “continúan siendo expulsados”. Confirmaría su mala fe no dándolos ¿Se puede hablar de bicefalia cuando el partido expulsa a seis personas de una ejecutiva de 30, teniendo en cuenta, por otra parte, que uno de ellos, Celestino Bacale, no está por el momento con los otros cinco?

Cuando habla de esas expulsiones como resultado de la pérdida de la cohesión interna del partido a raíz de nuestra presencia en el Parlamento, nos deja confundidos y perplejos. Si CPDS se ha entregado al régimen, como dice, ¿cómo se explicaría el hecho de que los expulsados sean, precisamente, los que abogan por el acercamiento al régimen? Que yo sepa, esas personas nunca nos acusaron de “entreguismo”, sino que nos tildaron de “radicales”, y por eso están donde están y haciendo lo que hacen. ¿Podría Fernando aclararnos este extremo?

4. En su continuo afán de confundir, asegura que el escaño que ocupa CPDS es “un regalo del Fundador”. Una vez más, pido rigor. Regalo es algo que una persona da a otra de forma voluntaria y a título gratuito. En Guinea se hicieron elecciones, ciertamente fraudulentas, en 2008, en las que CPDS obtuvo más votos de los que oficialmente se dijo, y como resultado de ese fraude solo un escaño de los ganados le fue reconocido. ¿Es eso “regalo”? ¿Quiere Fernando decir que no tuvimos el número suficiente de votos como para merecernos un escaño? Si, por ejemplo, alguien te roba un millón de francos, y después dice que no te ha robado esa cantidad, sino cien mil, y luego te los devuelve, ¿se puede decir que esos cien mil francos, que eran tuyos antes del robo, el ladrón te los ha regalado? ¡Te ha devuelto parte de lo robado!

5. Asegura que “el panorama político de Guinea Ecuatorial sería diferente si no existiera este escaño”. ¿Cómo sería eso? El adjetivo “diferente” resulta ambiguo aquí. ¿Pero de qué modo? ¿Obiang habría convocado a los partidos para negociar y convocar nuevas elecciones, esta vez transparentes? ¿Todos los partidos satélites del PDGE se convertirían en verdaderos opositores? ¿Se echaría el pueblo a la calle? ¿Se sublevaría el Ejército? ¿La esperada comunidad internacional rompería relaciones con el dictador? ¿Se llevaría el caso al Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Habría una intervención militar extranjera? El argumento de que nuestra presencia en el Parlamento legitima al régimen ante la comunidad internacional es falaz, sobre todo si proviene de una persona con los conocimientos y experiencia de Fernando Abaga acerca la “comunidad internacional”, aunque en su exposición disfrace la expresión haciendo alusiones a la “legitimidad internacional”.

En 1993, se celebraron las primeras elecciones legislativas del interminable proceso de democratización, a las que CPDS y demás partidos de la POC se negaron a concurrir, esgrimiendo la falta de transparencia. El Fundador creó bicefalias en varios partidos y concurrió con ellos; después de los comicios, se constituyó un Parlamento “multicolor” y se formó un Gobierno. Al no concurrir nosotros y los demás partidos de la POC, creíamos que, por ser ilegítimo el proceso, la comunidad internacional no iba a reconocer a las instituciones surgidas de dichas elecciones. Sin embargo, no fue así. En 1995, la POC ganó las elecciones municipales en la mayoría de municipios. A mano armada, el régimen nos arrebató más de la mitad de lo ganado, incluido el emblemático ayuntamiento de Bata, y cerca de tres meses estuvimos sin tomar posesión de los ayuntamientos en los que se había reconocido nuestra victoria. Sin embargo, ante las insistentes sugerencias de la comunidad internacional y de los ciudadanos que querían vernos en las instituciones, tuvimos que ocupar los ayuntamientos. En 1999, participamos por vez primera en las elecciones legislativas, y el régimen nos reconoció solamente un escaño y dos a Unión Popular en Malabo, pese a que CPDS tenía cerca de dos mil votos más que UP. Tras varias discusiones y debates, el partido, obedeciendo a sus bases, decidió rechazar el escaño, que había sido asignado a Plácido Micó, y permaneció vacante durante toda la legislatura. Mientras tanto, Obiang siguió malgobernando como siempre. ¿Qué hizo la comunidad internacional, pese a que el régimen estaba entonces más debilitado que ahora por su dependencia de la ayuda externa? ¿Perdió la “legitimidad internacional”? Si es así, ¿qué beneficio dicha supuesta pérdida de legitimidad dio al proceso de democratización? Dicho de otra manera: ¿en qué benefició al país el vacío dejado por CPDS en el Parlamento?

Así es como hemos decidido ir ocupando los espacios que el régimen nos reconoce tras cada elección, y siempre lo hacemos después de reunir a las bases del partido y recabar su opinión. En el Parlamento trabajamos y obtenemos mucha información sobre muchas cosas. Fuimos los que tomaron la iniciativa y redactaron el texto básico de la Ley contra la tortura, aunque el PDGE la rechazó para, en la legislatura siguiente, hacerla suya. Pese a que esa ley no está siendo respetada por los agentes del régimen, quien tortura hoy no dirá mañana que no sabía que la tortura estaba prohibida por ley. Hemos tenido numerosas iniciativas más, y esa información se distribuye a las instancias interesadas. La semana pasada se debatió la nueva ley electoral, y CPDS ha presentado cerca de 200 enmiendas, pero ninguna de ellas ha sido aceptada, por lo cual estamos distribuyendo el documento, que además se podrá leer en la web de CPDS. Lógicamente, sabíamos que se iba a rechazar, pero es una prueba más de la mala voluntad política del régimen. En el municipio de Bata, se está llevando a cabo el saneamiento de los ríos de la ciudad: es propuesta de los concejales de CPDS.

Tengo que señalar que la presencia de Plácido Micó en el Parlamento, ha puesto de manifiesto, una vez más, su capacidad de trabajo por encima del resto de diputados, y muchos ciudadanos se preguntan: “si un solo diputado de CPDS pone en evidencia a 99 del PDGE, ¿qué ocurriría si fueran 20, 25 o 50?”

Esos comentarios de los verdaderos “ciudadanos de a pie”, nos hacen ver que la decisión tomada es la correcta, lo cual nos anima a seguir adelante.

6. “CPDS se ha entregado al régimen”. Es la idea que subyace en el fondo de todo el artículo en cuestión. ¿A cambio del escaño? En la actual situación del país, la mejor manera o la mejor razón de entregarse al régimen es entrando en su Gobierno. El que redacta esta respuesta participó en una reunión entre Obiang y dos miembros más de CPDS. Fue en 2008, y el Fundador nos propuso formar parte de su ejecutivo. “Vosotros habéis luchado arduamente y contribuido mucho al proceso de democratización, y ya es el momento de que recojáis los frutos de tanto trabajo. No me parece justo que partidos como el de Bueriberi, Francisco Mabale, Buenaventura Mosuy y otros, sean los que estén en el gobierno a pesar de no tener militantes. Ya es hora de que disfrutéis de vuestro trabajo”. Fue uno de los argumentos de Obiang para tratar de conseguir nuestra entrada en su gobierno. Huelga repetir aquí nuestra respuesta. Y no fue la primera vez, sino la enésima. Tampoco fue la última.

La situación personal de muchos de nosotros sigue como hace veinte años, con los mismos problemas de supervivencia, mientras en el país se ha desatado una vorágine consumista sin precedentes, con una espiral de corrupción difícil de imaginar, lo que ha hecho que algunos compañeros tengan la tentación de acercarse al régimen para participar en el “botín”. Al tiempo que luchamos por nuestra supervivencia diaria y aguantamos las embestidas del régimen que quiere acabar con el partido y sus dirigentes (hostigamientos diario, bloqueos a nivel profesional, persecuciones como el reciente caso del compañero Wenceslao Mansogo), decir tranquilamente a miles de kilómetros de distancia, y con un tono tan alegre, que CPDS se ha “entregado” al régimen, me parece una frivolidad y una preocupante falta de respeto. Para que uno se entregue, tiene que ser a cambio de algo. ¿De qué?

Es increíble que después de explicar lo que a su modo supone, para CPDS, los costes de su presencia en el Parlamento, así como los beneficios para el régimen, Abaga no termine de decir con claridad cuáles serían los beneficios para CPDS y la población si abandonase dicho escaño. Tampoco nos sugiere nada de lo que debemos hacer. Con la situación de Guinea Ecuatorial, lo más racional sería que los que se estiman víctimas de la dictadura se alegrasen de tener por lo menos a un grupo metido en el interior haciendo lo que puede contra ella. ¿Por qué se empeña el ex compañero Fernando Abaga en descalificar el trabajo de CPDS? ¿Si desapareciera CPDS, qué quedará como oposición al régimen del PDGE y su fundador dentro de Guinea? ¿A quién beneficiaría este vacío? ¿Cuál es el verdadero móvil de los que, en lugar de emprender iniciativas destinadas a combatir la dictadura que nos azota a todos, se dedican a calumniar electivamente a CPDS?

Dice que “la solidaridad de los demás partidos políticos de la oposición (aunque no se valore, la realidad es que actuando en solitario, no se puede llegar lejos)”, también se ha perdido, supuestamente, a raíz del susodicho escaño. Al respecto, quiero tranquilizarle asegurando que en la oposición no sometida y calificada de “radical”por el régimen, solo quedaban en el país CPDS y Unión Popular. El Presidente Fundador metió mano en UP, pero la facción legítima en Guinea trabaja estrechamente con CPDS. Los dirigentes “sanos” de los otros partidos “radicales”, como la no legalizada Fuerza Demócrata Republicana (FDR), nos siguen apoyando resueltamente. Esperamos que nos diga, por favor, los nombres de los partidos cuyo apoyo haya perdido CPDS como consecuencia de su presencia parlamentaria.

A mi modo de ver, el exilio es malo, y su única ventaja es que el exiliado se encuentra, relativamente, fuera del alcance de la mano del dictador. Tiene, por lo demás, varias consecuencias negativas, entre ellas la distorsión de la realidad dejada atrás. Cuando Abaga habla del “desánimo de la población”, se refiere a la población guineana que él dejó en 1999, y no a la que veo todos los días en Malabo y cada año en la región continental. Obiang ha sabido administrar la pobreza y el miedo a perder el trabajo. Todos van a lo práctico, a lo material e inmediato; el que trabaja se aleja lo posible de los vínculos con la oposición, y un opositor, si encuentra un puesto de trabajo, se aleja de la oposición. Los jóvenes de CPDS que hace 10 o 15 se fueron a España o Estados Unidos a estudiar —algunos de ellos con apoyo del partido—, cuando vuelven a Guinea tienen, como única preocupación, encontrar trabajo y vivir; nada de oposición. Cuando os encontráis en la calle, te dicen: “compañero, si hasta ahora no me veis allí en el partido es porque sigo buscando manera de situarme, pues si los de arriba me ven con vosotros ahora, me será imposible encontrar trabajo”; pero cuando lo encuentra, también tiene una excusa para justificar su actitud: “ahora que trabajo, si me ven con vosotros voy a tener problemas...”. Muchos guineanos de los que, desde España o Alemania, nos estuvieron acusando de “debilidad” frente al régimen, cuando vuelven a Guinea entran directamente en el PDGE. Los que regresan obligados por la crisis, cuando aterrizan en el aeropuerto de Malabo, llegan vestidos con el popó de Antorcha porque vienen a buscarse la vida.

Pero dentro de la población hay muchos, la mayoría, que no tienen más esperanza que la caída del régimen, porque, por muchas razones —políticas sobre todo— están marginados, discriminados y humillados. Son los que no paran de animarnos a seguir adelante, porque, según ellos, si CPDS desaparece ahora no les quedará otra esperanza. Cuando voy al centro educativo donde trabajo, todos los días lo hago a pie, y al día, dos o tres personas me paran en la calle y me preguntan por el partido, por la actualidad política, si hay que hacer el censo electoral o hay que boicotearlo, qué opina CPDS sobre tal o cual decisión del Gobierno, etc. Intercambiamos opiniones todos los días, cara a cara. Por eso tengo la certeza de que la mayoría de esa “población” de la que nos habla Abaga, no opina lo mismo que él.

La otra consecuencia negativa del exilio es la creencia de que los que se quedaron en el interior del país, o colaboran con el régimen o, en el mejor de los casos, su trabajo no sirve de nada —por ejemplo, Abaga no reconoce ni un solo mérito a la labor de CPDS tras su salida, pues todo lo bueno del partido que menciona ocurrió cuando él seguía en el país—. Lo sé porque lo he vivido en carne propia, por haber militado activamente en la oposición, en España, siendo estudiante. Aun cuando teníamos información de que en Guinea se había fundado UP y que otros partidos se estaban gestando en la clandestinidad, decíamos que no había oposición, y que si había partidos eran los “acólitos” que se creaban para apoyar al régimen. Recuerdo que en 1991, Felipe González, tras su viaje a Guinea, nos invitó a la Moncloa y nos recomendó la formación de una comisión para negociar con Obiang en Guinea. “Recomiendo que esté en la comisión algún representante de la oposición en el interior”, dos repitió González varias veces. Sin embargo, se formó la comisión y no se contó con los que estaban sufriendo en Guinea, muchos de ellos en la cárcel.

Así se percibe la realidad desde lejos. Es como ver un partido de fútbol por televisión tumbado en el sofá de tu casa y con un vaso de “JB” en la mano; criticas el planteamiento de los entrenadores, y hasta eres capaz de llamar “torpe” o “inútil” a Ronaldo o Messi cuando uno de ellos falla una ocasión de gol. De la misma manera que el aficionado critica a los jugadores desde su casa con pasión y emoción, pienso que la distancia, la nostalgia y el deseo de volver a estar en su tierra con sus seres queridos, hace que la realidad sea percibida por el exiliado de una manera distorsionada.

Con todo lo dicho a lo largo de estas líneas, quiero manifestar, de forma categórica, que CPDS no se ha entregado al régimen. El compañero Wenceslao ya lo dijo con claridad en su entrevista a Radio Macuto: http://radiomacutoge.blogspot.com.es/2012/07/entrevista-de-radio-macuto-con-el-dr.html

Hacemos lo que podemos y lo que nos permite la difícil situación del país, en la que un régimen corrupto y degenerado dedica ingentes cantidades de dinero para comprar voluntades, de extranjeros, nacionales y hasta compañeros de partido, fuera y dentro del país, tanto en los medios de comunicación nacionales como en la red, tratando de destruir a la oposición, a cuyos dirigentes soborna o persigue sin tregua cuando se niegan a venderse. Es cierto que hemos cometido errores y seguiremos cometiendo otros, pues el error es humano y únicamente puede equivocarse el que hace cosas. El pasivo jamás cometerá error alguno y está a salvo de críticas. Si alguien, en el interior del país o desde el exterior, cree que deberíamos hacer algo mejor, que nos diga claramente qué cree él que debemos hacer; y si no nos lo quiere decir —que es su derecho a no decirlo—, tiene el deber moral de hacer algo mejor de lo que hace CPDS.



ANDRÉS ESONO ONDO

Secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales de CPDS  

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