viernes, 18 de mayo de 2012











José Luis Nvumba es un abogado guineano exiliado en Cataluña. Al finalizar sus estudios en España regresó a su país, donde fue encarcelado en 1992 por el régimen de Teodoro Obiang. Tras salir de prisión, gracias a la mediación del gobierno español, se exilió. Desde entonces asesora y defiende a los demandantes de asilo en este país, dirigiendo los servicios jurídicos de ACSAR.

W. ¿Por qué huyen los africanos en general?

J.L.N. Desafortunadamente, en la huída de las personas de África confluyen todos y cada uno de los motivos de persecución definidos en la Convención de Ginebra sobre los Refugiados, desde los estrictamente políticos y de opinión, a los religiosos, los étnicos, los relativos a la nacionalidad y los referidos a la pertenencia a determinado grupo social, como la estigmatización de las víctimas de trata o de los niños soldado y las niñas esclavas sexuales, así como la violencia de género y la orientación sexual minoritaria.

W. ¿Como se vive un proceso de asilo?

J.L.N. Pues con inquietud y angustia. Piénsese que el potencial refugiado/a, además de ser una víctima de situaciones traumáticas, se ha visto obligado/a a emprender un camino proceloso y lleno de peligros, que se inicia con la salida siempre difícil de su país y continúa durante el trayecto, en muchas ocasiones infectado y conducido por las mafias del transporte y la trata de personas (sustentadas y promovidas por las restrictivas políticas migratorias), para finalizar en un país seguro, normalmente occidental, en el que rápidamente se apercibe de que la propaganda sobre los derechos humanos y la acogida de refugiados es sólo eso: PROPAGANDA. La realidad es que el potencial refugiado/a es tratado/a con el lastre de la eterna desconfianza sobre si no se tratará de un inmigrante económico que quiere valerse de la Convención de Ginebra paras soslayar las exigencias de las restrictivas e incluso xenófobas legislaciones de extranjería usualmente vigentes en estos países “seguros”. De ahí que el proceso se viva con la inquietud y la angustia que se derivan de las previas experiencias vividas, el miedo al rechazo y el riesgo de una subsiguiente repatriación.

W. Usted trabaja en el ámbito jurídico, ¿cómo se puede compaginar, por parte de Occidente, el hecho de defender los DDHH y a la vez apoyar las dictaduras?

J.L.N. Pues de ninguna forma, ya que son posiciones intrínsecamente incompatibles. De hecho, cabe preguntarse si en los propios países occidentales no se estará produciendo UN RETROCESO EN EL DISFRUTE Y EL RESPETO DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS LIBERTADES PÚBLICAS DE SUS PROPIOS CIUDADANOS. Basta constatar las recetas económicas y políticas que se están planteando ante la crisis, así como las reacciones de los poderes públicos ante las manifestaciones ciudadanas. Las declaraciones de los máximos responsables políticos de las fuerzas de seguridad del Estado ante las reacciones, lógicas, por parte de la ciudadanía frente al recorte de sus derechos, hacen temer que se llegue poco menos que a considerar terrorista a cualquier ciudadano que se atreve a protestar contra los susodichos recortes. ESPERAMOS QUE EMPIECE A IMPONERSE UNA NUEVA VISIÓN QUE PARTA DE LA INTRÍNSECA INCOMPATIBILIDAD EXISTENTE ENTRE LA DEFENSA DE LOS DDHH Y LA CONNIVENCIA CON DICTADURAS CRIMINALES.

W. Con las revoluciones en marcha (sobre todo en África del norte), ¿hay más demandantes de asilo?

J.L.N. Se han notado picos puntuales de demandantes, sobre todo cuando se está en una etapa de máxima represión de las revueltas ciudadanas, pero supongo que la situación de crisis que vive Europa, y sobre todo la implicación de la ciudadanía en la lucha por sus libertades y derechos, explican que su mayor interés no sea salir del país, sino continuar la lucha hasta alcanzar el objetivo final. En suma, aquí en Barcelona hemos experimentado momentos de alzas puntuales, y no sostenidas, de demandantes de asilo provenientes del norte de África y de Oriente Medio.

W. ¿Como trata España a los refugiados?

J.L.N. Pues en sintonía con su contexto geopolítico, es decir, la UE. Ya sabemos que en este contexto hay una gran afición a mantener las meras apariencias (de respeto de los derechos humanos), al tiempo de creer poco menos que se trata del Edén al que aspira todo habitante de este mundo, sobre todo si proviene de los países menos avanzados. En suma, se hace una interpretación y una aplicación muy restrictiva de la Convención de Ginebra y partiendo siempre de la presunción de que el demandante de asilo es sospechoso de esconder a un emigrante económico que quiere burlarse de la legislación de extranjería y entrar así a ser parte y participar del “Edén”. La consecuencia de todo esto es el bajísimo índice de concesiones y la paradoja de que gran parte de los refugiados existentes en el mundo se hallen acogidos en los países menos desarrollados que no se vanaglorian tanto de su respeto a los derechos humanos, pero en la práctica comparten más y se muestran más generosos.

W. ¿Que significa para usted los CIE?

J.L.N. Pues una consecuencia de todo lo que hemos venido afirmando. Son la evidencia de unas sociedades que se vanaglorian de ser respetuosas con el ser humano, pero cuestionan la humanidad de las personas por el mero hecho de provenir de un país extranjero pobre. ¿Cuantos ciudadanos de USA o de Australia han pasado por algún CIE español? No me cabe duda de que en pocas décadas nos avergonzaremos de que un día existieran los CIE, que no dejan de ser una mala copia de los campos de concentración donde las personas eran internadas por su origen o por su condición social, ideológica o personal.

W. ¿Como está afectando la crisis aquí a los refugiados en particular y los africanos en general?

J.L.N. Es evidente que si a los propios ciudadanos nacionales les están recortando derechos y prestaciones sociales, ¡qué decir de los extranjeros, y más de los especialmente sufridos africanos! Al menos esta realidad espero que anime al africano a abandonar la ilusión de emigrar a la gran mentira de la Europa rica y respetuosa hacia las personas ( mentira que sólo se descubre y acepta cuando ya es tarde y muchos se han quedado atrapados), para volver sus ojos a la propia África e implicarse en la lucha para que los espacios de libertad y dignidad sean cada vez más amplios en este rico continente que, con seguridad, volverá a ser tierra de acogida en la que se recibirá a muchos europeos (no creo que la crisis sea la típica cíclica y pasajera, sino que ilustra sobre la veracidad o no de la presunta riqueza, por ejemplo, de España). Y espero que ese día la característica hospitalidad africana siga constituyendo una importante seña de nuestra identidad, y demos ejemplo de verdaderos valores humanos de hermandad.

W. ¿Como está la situación de Guinea y la familia Obiang Nguema?

J.L.N. Es bien sabido que en G.E. rige un régimen parangonable a las dictaduras más oscurantistas, corruptas y criminales vigentes en la actualidad. La destrucción de la sociedad, de las señas de identidad y los referentes de los Pueblos que integran este país, junto al contexto internacional que prima los intereses materiales sobre los humanos, son las bases sobre las que descansa esta férrea dictadura de más de treinta y dos años de vigencia. Estamos luchando para recobrar la dignidad y libertad usurpadas, pero nos debilitan los factores apuntados para deshacernos de este régimen. En cualquier caso, no debería sorprender a nadie su próxima caída. Ninguna persona en estado de cierta normalidad puede soportarlo, siquiera tolerarlo.

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